Lilly presenta nuevos avances en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer

  • 23 Julio 2015

La aplicación de un novedoso modelo de análisis estadístico que evalúa la respuesta cuando el tratamiento se inicia en dos momentos distintos en una población de pacientes (Delayed-Start Methodology) revela los posibles beneficios del tratamiento precoz con Solanezumab en pacientes con enfermedad de Alzheimer en fase leve. Adicionalmente, otro estudio muestra que el diagnóstico mediante escáner PET con florbetapir F 18  puede suponer un cambio en el manejo de los pacientes con deterioro cognitivo con sospecha de diagnóstico de enfermedad de Alzheimer.

La Conferencia de la Asociación Internacional de Alzheimer (AAIC) que se está celebrando en Washington ha sido el escenario en el que Lilly ha presentado los últimos avances científicos en el diagnóstico y el tratamiento  en pacientes con enfermedad de Alzheimer.

Los resultados sugieren que el efecto del tratamiento con Solanezumab se mantienen dentro de un período de tiempo especificado previamente en pacientes con enfermedad de Alzheimer leve que recibieron el tratamiento en estadios más tempranos de la enfermedad en comparación con los pacientes que iniciaron el tratamiento en un momento posterior. Estos resultados proceden de un análisis secundario pre-especificado de los estudios en fase 3 a los que se ha dado el nombre de EXPEDITION, EXPEDITION2 y EXPEDITION-EXT.

Estos resultados apoyan el uso de esta nueva metodología de inicio del tratamiento en dos momentos distintos de la evolución de la enfermedad (Delayed-Start Methodology) para evaluar los posibles efectos de un tratamiento sobre la progresión de la enfermedad subyacente en la enfermedad de Alzheimer. Se anticipa que estas conclusiones se publicarán hoy en la edición online de la revista Alzheimer's & Dementia: Translational Research & Clinical Interventions.  

"Estamos entusiasmados con los datos obtenidos, ya que ésta es la primera vez que la metodología de inicio  del tratamiento en dos momentos distintos de la evolución de la enfermedad se ha implementado en un ensayo clínico de Alzheimer", explica Liu Hong-Seifert, asesor de investigación científica en Lilly. "Este nuevo método analítico nos ha permitido evaluar si el efecto de Solanezumab es consistente con el enlentecimiento de la  evolución de la enfermedad, modificando la progresión de la patología subyacente, que hasta ahora no se había estudiado. Estos resultados apoyan el diseño y la aplicación del análisis de inicio del tratamiento en dos momentos distintos de la evolución de la enfermedad del Estudio EXPEDITION3, cuya finalización está prevista para octubre de 2016".

El objetivo del análisis de inicio del tratamiento en dos momentos distintos de la evolución de la enfermedad era evaluar un posible efecto de solanezumab  modificando la progresiónde la enfermedad en pacientes con Alzheimer en fase leve. Estos resultados se obtuvieron a partir de un análisis secundario pre-especificado de los estudios fase 3 conocidos como EXPEDITION, EXPEDITION-2 y EXPEDITION-EXT. Los estudios EXPEDITION y EXPEDITION-2 tenían protocolos idénticos, que incluía un periodo de 18 meses, aleatorizado, doble ciego controlado con placebo, tras el cual los pacientes inicialmente aleatorizados a la rama de placebo durante periodo controlado, comenzaron el tratamiento con solanezumab y se mantuvo el seguimiento durante 2 años (EXPEDITION-EXT), de tal manera que todos los pacientes fueron aleatorizados para el mismo tratamiento activo (solanezumab), pero en dos momentos distintos, dando como resultado dos regímenes de tratamiento: un grupo de pacientes con inicio temprano y otro con inicio tardío. Para evaluar si los beneficios encontrados en los pacientes del grupo tratamiento temprano eran igualados por aquellos del grupo de tratamiento posterior, se llevó a cabo un análisis de no inferioridad. Se agruparon los resultados de los estudios EXPEDITION y EXPEDITION-2 y solo los pacientes con demencia en fase leve al inicio del estudio fueron incluidos en este análisis.

Las diferencias en pruebas cognitivas y funcionales entre los grupos de administración temprana y administración tardía del tratamiento, al final del periodo controlado con placebo (80 semanas desde la aleatorización) se mantuvieron a las 108 semanas (28 semanas después del inicio de EXPEDITION-EXT) dentro de un margen predefinido. Esta diferencia a las 108 semanas continuaron siendo  estadísticamente significativas.

Las diferencias en pruebas cognitivas y funcionales entre los grupos de administración temprana y administración tardía del tratamiento, al final del periodo controlado con placebo (80 semanas desde la aleatorización) también se mantuvieron en el análisis adicional a 132 semanas (52 semanas después del inicio de EXPEDITION-EXT) dentro de un margen predefinido. Esta diferencia a las 132 semanas fue estadísticamente significativa.

Solanezumab es un anticuerpo monoclonal de Lilly que se está estudiando en ensayos fase 3 como posible tratamiento para la enfermedad de Alzheimer en fase leve. Solanezumab se une a las formas monoméricas solubles de la proteína beta amiloide tras su producción, lo que permite su eliminación antes de que se agregue para formar las placas de beta amiloide.

Lilly y Avid Radiopharmaceuticals, empresa subsidiaria de Lilly, han anunciado nuevos datos que muestran que determinar la presencia de la proteína  amiloide en el cerebro a través del PET escáner con Florbetapir F18 conlleva cambios en el diagnóstico y el manejo de la mayoría de los pacientes que han participado en el estudio. Este es el primer estudio realizado para analizar el impacto de contar con estudios de neuroimágenes que valoran la presencia o no de la proteína amiloide en el diagnóstico y el tratamiento del paciente, mediante un diseño controlado, prospectivo y aleatorizado.

La presencia de placas neuríticas de proteína beta-amiloide en el cerebro puede proporcionar información adicional para complementar la evaluación clínica de un paciente con deterioro cognitivo. Un resultado negativo del PET escáner de beta-amiloide indica que hay una escasa o nula presencia de placas, lo cual es incompatible con un diagnóstico neuropatológico de la enfermedad del Alzheimer y reduce la probabilidad de que el deterioro cognitivo del paciente se deba a dicha enfermedad. No obstante, es importante tener en cuenta que pueden producirse errores durante la interpretación de la imagen. Además, un resultado positivo del escáner no determina por sí mismo el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer u otros trastornos cognitivos y un escáner negativo no descarta el desarrollo futuro de amiloide en el cerebro.

"Los resultados de este estudio son los primeros que sugieren, en un ensayo controlado, que utilizar Florbetapir como parte de la evaluación diagnóstica provocó un cambio en el diagnóstico del paciente y el tratamiento llevado a cabo por médicos que tratan con regularidad esta compleja y devastadora enfermedad", explica Michael Pontecorvo, Vicepresidente de Desarrollo Clínico de Avid Radiopharmaceuticals. “La enfermedad de Alzheimer es una de las muchas posibles causas de deterioro cognitivo, lo cual puede hacer que el diagnóstico sea realmente complicado. Estos resultados proporcionan apoyo adicional a cómo el conocimiento de la presencia o ausencia de patología amiloide podría afectar tanto al diagnóstico como al tratamiento de pacientes que están en el proceso diagnóstico  de enfermedad de Alzheimer u otras posibles causas de deterioro cognitivo".

Además de modificar el diagnóstico del paciente, los resultados mostraron que el conocimiento del estado amiloide, determinado por las imágenes proporcionadas por el PET escáner con florbetapir, provoca un cambio en el tratamiento de la mayoría de los pacientes que participaron en el estudio, concretamente en los casos tratados con medicamentos para la enfermedad de Alzheimer (uso de inhibidores de la acetilcolinesterasa), de forma consistente con la presencia o no de proteína amiloide cerebral.

Los investigadores no encontraron diferencias entre los grupos (aquellos pacientes de los que se informó el estado amiloide de forma inmediata o de los que se informó del mismo de forma tardía, un año después) en cuanto a rendimiento cognitivo o estado de la salud al cabo de un año, tampoco hubo diferencias significativas en la historia clínica, el uso de drogas psicotrópicas y en los eventos psiquiátricos, entre los grupos. No hubo evidencia de que aumentaran los riesgos de seguridad asociados con la comunicación temprana del estado amiloide.


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