18 Marzo 2013

Según los últimos datos publicados por la Red de Vigilancia Epidemiológica de España, en 2011 se notificaron 5.152 casos de tuberculosis respiratoria, dato que sitúa esta enfermedad como la tercera enfermedad de declaración obligatoria en incidencia, precedida por la gripe y la varicela. Sin embargo, cabe destacar que dicha cifra podría ser notablemente superior teniendo en cuenta los casos no notificados existentes en España y podría alcanzar los 12.000.

Observando las cifras por comunidades autónomas, Cataluña encabeza el número de casos declarados, alcanzando los 929, seguida de Andalucía con 729 (comunidad que registra un aumento de 58 casos respecto al año anterior), Madrid con 659, Valencia con 517 y Galicia con 432. Sin embargo, en proporción al número de habitantes, Ceuta con 64 enfermos y un ratio de 93,86 casos por 100.000 habitantes y Aragón con 253 enfermos (19,70) se sitúan en primer y segundo lugar. Cataluña, a pesar de su elevado número de casos se sitúa en sexto lugar (12,58), precedida por Galicia (15,97), La Rioja (15,03) y las Baleares (14,02).

Según un informe emitido por el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) de la Unión Europea, con datos referentes a 2010, España registra 15,4 casos de tuberculosis por cada 100.000 habitantes. Con esta tasa, España se sitúa en noveno lugar tras Rumania (98,2), Lituania (58,2), Letonia (41,5), Bulgaria (35), Estonia (24,9), Portugal (25,1), Polonia (19,7) y Hungría (17,7). Según estas cifras, España registró 7.089 casos de tuberculosis en 2010. A pesar de la reducción de dichas tasas respecto a los datos referentes al año 2008, los casos registrados siguen siendo altos comparados con los países europeos con menor incidencia, como Grecia (4,3) o Alemania (5,3).

10 Julio 2012

Un estudio desarrollado por el Observatorio de la EPOC de SEPAR con la colaboración de Boehringuer Ingelheim y Pfizer, ha puesto a prueba los criterios y novedades que presenta la nueva Guía Española de la EPOC, GesEPOC, impulsada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) junto con SERMEF-SORECAR, SEMG, SEMI, GRAP, SemFYC, SEMERGEN, SEMES, el CNPT y el Foro Español de Pacientes.

Marc Miravitlles, coordinador de GesEPOC, comenta que «los resultados obtenidos avalan la propuesta del comité científico de GesEPOC de estimular el cambio hacia un tratamiento personalizado de la EPOC según su fenotipo clínico y la evaluación multidimensional de la gravedad».

A través de esta encuesta los médicos han valorado el grado de aplicabilidad de la novedosa Guía Española de la EPOC, GesEPOC, y su utilidad en la práctica clínica. «Hemos comprobado que los algoritmos propuestos por GesEPOC son aplicables en la práctica clínica y permiten una valoración más integral del paciente, con un elevado grado de confianza, según ha sido referido por más del 80% de los 150 neumólogos que han participado», según ha explicado Myriam Calle, coordinadora científica de GesEPOC y miembro del área de EPOC de SEPAR.

Los participantes utilizaron el algoritmo en un 33,5% de los casos evaluados para realizar nuevos diagnósticos de EPOC y en un 66,5% de casos para realizar el seguimiento de la enfermedad. Un 73,3% de participantes ha podido utilizar el algoritmo en todos los perfiles de pacientes, frente a un 23,7% que comenta que no pudieron completar el algoritmo para caracterizar el fenotipo de pacientes.

«De los casos que llegaron al final del proceso cabe decir que en el 85% de ellos el fenotipo obtenido encontró concordancia con el criterio medico previo, lo que revela la eficacia y practicidad de la propuesta» apunta Miravitlles, coordinador de GesEPOC. Desglosando por los fenotipos que propone GesEPOC, los resultados obtenidos muestran que un 34% tenían EPOC no agudizada con enfisema o bronquitis crónica, 18,3% EPOC mixta con o sinagudizaciones previas, 15,4% EPOC agudizada con enfisema y un 32,3% EPOC agudizada con bronquitis crónica.

El fenotipo que ocasionó más problemas para su identificación fue la EPOC mixta con o sin agudizaciones. Una posible explicación apunta a que su identificación exige cambiar hábitos en la recogida de variables o realización de pruebas como la eosinofilia en esputo, que es una prueba que no todos los centros pueden realizar.

En cuanto a la medición de la gravedad de la EPOC en los pacientes, un 40% de los encuestados opina que el grado de dificultad para clasificar la gravedad mediante el algoritmo GesEPOC es nulo o prácticamente nulo, mientras que un 27% indica que es muy difícil o imposible de usar.

Finalmente, en relación a la recomendación terapéutica, en el 84% del total de pacientes a los que se ha aplicado el algoritmo GesEPOC, los encuestados indican que el tratamiento indicado según GesEPOC coincide con su criterio médico previo en EPOC no agudizada con enfisema o bronquitis crónica. En los otros fenotipos la coincidencia es más baja.

Como conclusión, y tras la utilización de la propuestas de la Guía GesEPOC, cabe señalar que la puntuación media en relación a la adecuación de los contenidos científicos según el criterio profesional ha sido valorada con un 4,2 sobre 5 y la valoración sobre la confianza en las recomendaciones obtenidas tras la aplicación del algoritmo de la Guía con un 4,1 sobre 5.

Según Calle, «los resultados de este estudio nos indican que las recomendaciones que se proponen en la Guía ayudan a orientar la práctica clínica de los profesionales sanitarios en el tratamiento de la EPOC, además de permitirles tomar las mejores decisiones para la atención a pacientes».

03 Julio 2012

El tabaco es el principal factor de riesgo de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y esta a su vez es uno de los principales factores de riesgo de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC). Por este motivo, los fumadores que sufren EPOC son el colectivo con más riesgo de contraer NAC. «La neumonía adquirida en la comunidad, y especialmente la neumonía causada por el neumococo, son causas muy importantes de morbilidad y mortalidad en España. A pesar de las medidas preventivas aplicadas, las tasas de hospitalización y mortalidad por NAC no han mejorado», explica Jordi Almirall, del Área de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias (TIR) de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y del Hospital de Mataró.

Ante dicha problemática existe suficiente evidencia científica que demuestra la efectividad de la vacuna neumocócica. Los expertos sanitarios recomiendan la vacunación neumocócica a los fumadores activos (que consumen más de 20 cigarrillos diarios) de entre 19 a 64 años, independientemente de la presencia de comorbilidad o situación especial de riesgo. También avalan la recomendación de este tipo de vacunación a exfumadores de menos de 20 cigarrillos diarios, pero que poseen una historia de consumo medida por un índice de más de 10 paquetes al año y que han dejado de fumar en los 10 años previos. Así se recomienda en la editorial de la revista Prevención del Tabaquismo de SEPAR. «A pesar de las recomendaciones de vacunación, en todos los casos será perceptivo aconsejar y ayudar a que todos los fumadores dejen el hábito tabáquico y establecer las medidas de prevención de recaídas para los exfumadores», aconseja Almirall.

Sin embargo, actualmente en España el Ministerio de Sanidad sólo indica la vacuna antineumocócica a personas mayores de 65 años de edad que padezcan diversas comorbilidades como la EPOC; a personas que sufren leucemias, linfomas, receptores de trasplantes, nefropatías, síndromes nefrótico o enfermedades del tejido conectivo; individuos que presentan anemia de células falciformes; mayores de 65 años sin comorbilidad pero que se encuentran en situaciones especiales de riesgo de sufrir infecciones neumocócicas; a personas con infección por el VIH en fase inicial y a casos de fístulas cerebrospinales.

«Otro aspecto significativo es que el humo del tabaco no sólo es un factor de riesgo de la neumonía en fumadores, sino que también lo es en fumadores pasivos, tanto en niños, en hijos de padres fumadores, como en adultos», señala Almirall.

Actualmente son numerosos los estudios que descartan cualquier factor de confusión y demuestran que el tabaco por sí solo incrementa el riesgo de contraer neumonía. Un incremento del riesgo de padecer NAC en fumadores guarda relación directa con la cantidad de cigarrillos consumidos. Sin embargo, dicho riesgo desaparece cuando se deja de fumar. De hecho, al cabo de 5 años el riesgo disminuye en un 50%.

El tabaco produce lesiones estructurales pulmonares, provoca alteraciones de la respuesta inmune innata y adaptativa que pueden favorecer la presencia de gérmenes en el árbol bronquial y su propagación. Asimismo, el tabaco también incrementa la susceptibilidad a la infección bacteriana.

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