22 Marzo 2013

Amenazas, coacciones, maltrato, injurias y/o vejaciones centran la mayor parte de las 1.363 agresiones que han sufrido los médicos en el ejercicio de su profesión en toda España en los tres últimos años, según los datos del  Observatorio de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC). En 2012 se contabilizaron 416 casos de violencia, de los cuales en un 18% de ellos hubo lesiones.

La muerte de María Eugenia Moreno, una residente de 34 años que fue asesinada por un paciente cuando se encontraba trabajando en el centro de salud de Moratalla (Murcia) fue la punta de lanza para la creación de este Observatorio de Agresiones que, año tras año, recopila los datos de  los 52 Colegios Oficiales de Médicos que representan a un colectivo de 225.000 profesionales

Su objetivo es establecer acciones encaminadas a evitar en la medida de lo posible estas agresiones que, además de repercutir gravemente en la salud y en la calidad de vida del profesional agredido, afectan de forma sustancial a la actividad sanitaria, uno de los pilares básicos de nuestra sociedad del bienestar.

El Observatorio de Agresiones recoge las comunicaciones de agresiones, de las que hace anualmente un estudio sobre los datos cualitativos, tanto del agredido como del agresor (sexo, edad, especialidad, lugar, etc.), así como las denuncias que, desde los Colegios, se derivan por vía judicial. Este Observatorio trabaja, desde el principio de «tolerancia cero» ante estas conductas, en un tratamiento multidisciplinar del problema para establecer las medidas preventivas contra la violencia.

El Observatorio de Agresiones ha auspiciado los convenios firmados con las Fiscalías provinciales y las Administraciones autonómicas en colegios de 7 comunidades autónomas que han servido, sin duda, para avanzar en procedimientos judiciales rápidos, expeditivos y ejemplarizantes, en los que la consideración como delito de atentado contra la autoridad pública ha sido esencial.

Es posible que todas estas  medidas hayan repercutido en el número de agresiones que, en 2012, han disminuido un 16% respecto a las registradas en al año anterior, aunque los datos revelan una prevalencia de estas conductas violentas en el ámbito sanitario, donde según la OMS, se producen el 25% de los incidentes de violencia en el ámbito laboral.

En el Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC; Serafín Romero, secretario general de la corporación, y José Alberto Becerra, coordinador del Observatorio de Agresiones, han hecho públicos estos datos. Asimismo, han entregado el Manifiesto contra las Agresiones en el ámbito sanitario a la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, y al ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón, para agradecer a ambos el compromiso que en el ámbito sanitario y judicial, respectivamente, han venido mostrando, así como para pedirles que mantengan su colaboración para promover una mayor concienciación de la sociedad ante esta lacra.

Del estudio sobre agresiones, se desprende que el mayor porcentaje de agresiones lo sufrieron las mujeres (el 54%), frente al 46% de hombres agredidos. El año anterior, el porcentaje fue a la inversa. En cuanto a la distribución por tramos de edades en los que se produce la agresión, los médicos de 46 a 55 años representan el 37%, seguidos de los de 36 a 45 años con un 28% y de 56 a 65 con un 19%. Pero también los jóvenes de entre 26 y 35 años representan el 14% y los mayores de 66 años el 2%.

En cuanto al sector sanitario, sigue siendo el público donde se producen la gran mayoría de este tipo de conductas violentas, con un 89% de los casos, mientras que en el sector privado se han producido el 11%, datos similares a los del año anterior. Y, sobre el ámbito donde se produce la agresión, sigue siendo la atención primeria la que se lleva la mayor parte (68%), frente a la hospitalaria (19%) y otros ámbitos (13%). De estos ámbitos, el 65% de las agresiones se producen en consulta y/o internamiento, el 22% en urgencias y 13% en otros.

De los agresores, el 28% de los casos son familiares del paciente; el 28% son pacientes no programados, es decir, sin cita previa; el 25% son de pacientes programados y el 19% son usuarios del centro donde se producen las agresiones.

En cuanto al perfil del agresor, el 58% de los casos son pacientes sin antecedentes; el 17% cuenta con antecedentes psiquiátricos; el 15% tiene una enfermedad orgánica y el 10% restantes presentan antecedentes relacionados con las drogas.

En cuanto a las causas principales de las agresiones, el 27% se producen por discrepancias en la atención médica; el 14 % por el tiempo en ser atendido; el 12% por no recetar el medicamento propuesto por el paciente; el 9% por discrepancias personales; el 6% por emitir informes médicos no acordes con sus exigencias; el 5% en relación a la incapacidad laboral; el 5% por malestar en el funcionamiento del centro y el 22% por otras causas. De estos datos, destaca el incremento de los casos producidos por el tiempo en ser atendido con respecto al año anterior, que casi se ha duplicado, pasando del 8% al 14%.

De las agresiones producidas, en el 18% de las mismas se produjeron lesiones. Y del total, el 15% conllevaron baja laboral.

En cuanto a las acciones emprendidas desde los Colegios, en el 70% de los casos se efectuaron diligencias; en el 68% de ellas se presentaron denuncia y en el 46% se celebró juicio.

El Observatorio de Agresiones ha analizado un total de 83 sentencias, de las cuales 29 conllevan delitos por atentado contra la autoridad pública, lesiones y amenazas y el resto han sido consideradas faltas por diversos motivos: debido respeto al orden público, lesiones, maltrato, injurias, vejaciones, amenazas, coacciones, hurto y daños.

22 Marzo 2013

La Fundación Barraquer viaja a Libreville, la capital de Gabón, en una nueva expedición en la que se esperan operar cataratas y atender otros problemas de visión entre la población local. En 2010 se inició la ayuda oftalmológica a este país y anualmente la Fundación Barraquer se desplaza a Libreville para disminuir la ceguera por catarata y mejorar la salud visual de la población menos favorecida. En la anterior expedición, en 2012, se lograron operar 165 cataratas, entregar 150 gafas graduadas y realizar 500 consultas oftalmológicas en el hospital Centre St. Joseph.

 

22 Marzo 2013

El Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces acaba de celebrar, en colaboración con la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia (UIAPB) la jornada «Integrando la investigación en atención primaria y hospitalaria», que ha tenido lugar en su sede del Hospital Universitario Cruces. Al encuentro científico ha asistido un importante número de investigadores de atención primaria y especializada de la sanidad pública vasca.

Tal y como ha explicado Gontzal Grandes, jefe de la Unidad de Investigación de Atención Primaria de Bizkaia y miembro del Consejo de Dirección de BioCruces, «desde el nacimiento de BioCruces se ha integrado a la investigación que se realiza en atención primaria dentro del Instituto. Desde atención primaria se puede hacer una contribución muy importante que complementa la labor de los investigadores básicos y hospitalarios. La combinación de la perspectiva poblacional de la investigación en atención primaria y su enfoque hacia los determinantes de la salud, junto con las posibilidades tecnológicas y de laboratorio de la investigación hospitalaria pueden crear sinergias de alto valor añadido para los pacientes».

El investigador vasco ha destacado «la relevancia de desarrollar un foro como éste, donde investigadores de los dos niveles asistenciales podemos conocernos personalmente, exponer nuestro trabajo y descubrir aspectos en los que podemos aunar esfuerzos. Estas sinergias son fácilmente esperables en un instituto de investigación de la magnitud de BioCruces con una masa crítica de más de 70 grupos de investigación».

Grandes ha destacado que «cada año se realizan en Euskadi 11 millones de consultas en atención primaria, en las que se toman difíciles decisiones diagnósticas y terapéuticas. Para esta ingente labor, los profesionales de la medicina familiar y comunitaria precisan de una medicina que describa la relación existente desde los síntomas del paciente hacia el abanico de posibles enfermedades; y no como sucede actualmente, que la medicina está escrita partiendo de la enfermedad hacia los síntomas».

Para el investigador, «la integración de la investigación en atención primaria y hospitalaria puede dar grandes resultados mediante el desarrollo de lo que los expertos denominamos una ‘epidemiología clínica con base poblacional; es decir, que las investigaciones para mejorar la toma de decisiones diagnósticas y terapéuticas, se haga tomando como base la población real que pasa cada día por nuestros centros de salud».

De este modo, los médicos de familia «podrían contar con una evidencia científica más sólida a la hora de enfrentarse a los signos y síntomas del paciente, dándoles una base con mayor consistencia a la hora de adoptar decisiones diagnósticas. Todo ello, se aplica tanto para conseguir que posibles patologías no pasen desapercibidas para el médico de familia, como para evitar la prescripción de tratamientos o pruebas diagnósticas innecesarias, que no aportan valor en términos de salud al paciente o que, incluso, pueden perjudicarle».

«Este proceso diagnóstico queda tremendamente limitado cuando lo hacemos desde la perspectiva exclusivamente biologicista hoy imperante. La investigación en atención primaria contribuirá a desarrollar un modelo de atención biopsicosocial, que contemple los factores conductuales, familiares, sociales, espirituales etc., todos ellos determinantes de la salud y bienestar de las personas y presentes en todas y cada una de dichas consultas».

Investigación en implementación

También en la aplicación de los conocimientos generados por la investigación clínica, la atención primaria puede aportar una dimensión poblacional. Otro de los aspectos que se han tratado en la jornada ha sido la investigación de la implementación de la mejor evidencia científica. «Hoy sabemos que hay muchos tratamientos que son beneficiosos para los pacientes pero que, por diversas razones, no se implementan. La investigación para determinar las causas de esto y descubrir estrategias de implementación innovadoras, que mejoren la práctica clínica, nos puede dar las claves para lograr una mejor aplicación real de los resultados generados por la investigación clínica».

Además, otro beneficio de la integración entre la investigación de atención primaria y especializada «es el estudio y determinación de nuevos modelos asistenciales que redunden en una atención más integrada a los pacientes dentro del sistema sanitario, tanto en los hospitales, como en los centros de salud o en sus casas».

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