Oriol Bestard Matamoros (Barcelona, 1976) es doctor en medicina, especialista en nefrología y, actualmente, jefe de sección de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Universitario de Bellvitge. Su investigación en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) se basa, precisamente, en el ámbito de este tipo de trasplantes y en los factores predictivos de desecho. Ha participado en diversos proyectos del Instituto de Salud Carlos III y ha publicado más de 50 artículos científicos que han obtenido un gran número de citas. Su tesis doctoral trató sobre la identificación de biomarcadores de la función inmunológica en el trasplante renal.

Uno de los aspectos más importantes de la investigación de su grupo de investigación es el desarrollo de nuevas herramientas diagnósticas, sensibles y no invasivas, para predecir el riesgo de rechazo del trasplante. Recientemente, han desarrollado un nuevo método diagnóstico para detectar pacientes que presentan rechazo al injerto, a partir de la respuesta inmunológica de memoria humoral específica (realizada por un tipo de células blancas del sistema inmune, llamados linfocitos B). Esta investigación ha permitido la generación de una patente, la licencia de la que ha sido otorgada a una empresa biotecnológica británica que se encargará de su desarrollo comercial. Gracias a este paso, el resultado de la investigación podrá incluirse en la práctica clínica habitual del trasplante renal.

Israel Molina Romero (Barcelona, 1974) es doctor en medicina, especialista en medicina interna y, actualmente, combina los cargos de responsable de la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Universitario Vall Hebron y del Programa de Salud Internacional de la ICS (PROSICS). Lidera diversos proyectos de investigación, una buena parte desde el Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR). Destaca el proyecto europeo Berenice, que busca un fármaco más eficaz y menos tóxico en el tratamiento de la enfermedad de Chagas a través de la nanotecnología. Berenice es un proyecto colaborativo que está financiado por el 7º Programa Marco de la Comunidad Europea. El proyecto se inició en septiembre de 2012 y tendrá una duración de cinco años.

Ha realizado numerosas estancias en África (en Angola) donde ha tejido una estrecha colaboración con el Hospital Nuestra Senhora da Paz de Cubal. También ha sido investigador becado en Brasil y realiza numerosos estudios en colaboración con otros institutos de investigación de medicina tropical extranjeros.

Francisco Gudiol Munté (Barcelona, 1945) es doctor en medicina y cirugía y, actualmente, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, docente senior del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Bellvitge, director del programa de Vigilancia de las Infecciones Nosocomiales en los hospitales de Cataluña (VINCAT) del Departamento de Salud e investigador del IDIBELL. Su trayectoria profesional ha estado ligada, sobre todo, en el Hospital de Bellvitge donde ha trabajado más de 40 años. Se incorporó como médico adjunto del Servicio de medicina interna, cuando el Hospital hacía poco que se había inaugurado y, posteriormente, fue jefe del Servicio de enfermedades infecciosas durante una larga etapa. Como profesor de la Facultad de Medicina ha contribuido a la creación, desarrollo y consolidación de lo que ahora es el Campus de Ciencias de la Salud de Bellvitge.

Durante toda su trayectoria ha impulsado y promocionado el trabajo en equipo, sobre todo desde una vertiente multidisciplinar y en colaboración estrecha con los microbiólogos clínicos en el seno de las Sociedades catalana y española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, de las cuales ha sido presidente. Gudiol creó en 1995 el Grupo de Investigación en Patología Infecciosa y Sensibilidad Antibiótica, reconocido por la Generalitat como grupo de investigación consolidado (GRC), y forma parte, como jefe de grupo, de la Red Española de Centros de investigación en Patología Infecciosa del Instituto de Salud Carlos III.

Sus líneas principales de investigación han sido: la meningitis bacteriana (1980-2007), la neumonía de la comunidad (1979-2012), las infecciones en pacientes inmunodeprimidos (1985-2010) y la epidemiología de las infecciones nosocomiales y la uso de los antimicrobianos (actualmente). Es autor de un importante número de ponencias y publicaciones en revistas científicas nacionales e internacionales de gran prestigio.

Resistencia a antibióticos
La Jornada ha reunido unos 250 investigadores de los siete institutos de investigación vinculados a los hospitales y centros de atención primaria de la organización que han abordado, desde dos grandes ejes, los avances científicos que se están llevando a cabo en el campo de las enfermedades infecciosas.

Estos ejes han sido, por un lado, los avances destinados a conseguir metodologías más rápidas que las actuales de diagnóstico de la resistencia y sensibilidad a los antibióticos, para poder elegir el antibiótico más adecuado en cada caso, y la revisión de los principales problemas de la resistencia antimicrobiana, y, por otro, la optimización del uso de los antimicrobianos en la atención primaria y la puesta en marcha en los hospitales de programas transversales para hacer un buen uso de los antibióticos.

Se calcula que, anualmente, mueren unas 700.000 personas en todo el mundo debido a las resistencias a los antibióticos y que la cifra mundial subirá en 2050 hasta 10 millones de personas. Jordi Carratalá, jefe del Servicio de enfermedades infecciosas del Hospital de Bellvitge e investigador del Instituto de Investigación de Bellvitge (IDIBELL), afirma que las estrategias para invertir esta tendencia pasan por "reservar los tratamientos para las personas que realmente los necesitan, evitar la automedicación y vender antibióticos única y exclusivamente con receta”.

Desde el punto de vista de la atención primaria, Josep Maria Cots, médico de familia del CAP La Marina de Barcelona e investigador del Instituto de Investigación de Atención Primaria Jordi Gol (IDIAP Jordi Gol), remarcó la necesidad de concienciar médicos, farmacéuticos y ciudadanía sobre el uso adecuado de los antibióticos y recordó que tan sólo "dos de cada diez consultas por infecciones en la atención primaria requieren la prescripción de un antibiótico ".